Es habitual que las primeras palabras de nuestros clientes sean las que reflejan una maraña de sentimientos, incertidumbres, temores e interrogantes que conduzcan a pensar que ni siquiera sabemos por dónde comenzar a tirar del hilo, y el primer cabo del que tirar a veces tropieza con otro y con otro…
Debemos empezar por saber que toda crisis familiar tiene varios aspectos importantes y que abordar cada uno de ellos nos llevará a que la crisis se resuelva mejor y con más éxito.
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Tenemos que saber que toda ruptura tiene un fuerte componente emocional. A veces, si no sabemos controlar las lógicas pulsiones por las que vamos a atravesar y dejamos que sean quienes gobiernen nuestros actos, una vez que desaparezcan tendremos la desagradable sensación de que actuamos mal, que fuimos engañados y sintamos la necesidad de cambiarlo todo, porque las emociones que dirigieron el camino ya no existen. Es un error. Las emociones tienen su campo, pero no son las más idóneas para dirigir un proceso en el que hay que tomar decisiones.
Una ruptura no finaliza cuando acaba el proceso judicial. A veces cuando somos dirigidos por la ansiedad y queremos que todo ocurra rápido y en este caso podemos sufrir el espejismo de pensar que una vez finalizada la contienda judicial acabará nuestro malestar. Es una manifestación de que no estamos en la realidad, la regulación de la situación es importante pero no acabará por sí sola con la sensación de pérdida, de fracaso y de rabia. -
La importancia de la vertiente jurídica de las rupturas es incuestionable. De la correcta toma de decisiones va a depender el bienestar futuro y es importante que se regulen correctamente las consecuencias de la finalización de la convivencia, sobre todo si hay hijos y en mayor medida si son menores. Tanto si podemos lograr un acuerdo entre las partes como si no nos queda más remedio que ir a juicio, la dirección del aspecto jurídico ha de estar en manos de abogados especializados en derecho de familia, que sepan proponer las mejores medidas y articular la mejor estrategia específica para cada cliente. De esta forma podremos aportar tranquilidad mejorando el aspecto emocional y una mayor seguridad de cara al futuro.
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Finalmente debemos tener presente que somos seres sociales y que tenemos que superar a veces trabas que desgraciadamente pueden estigmatizar a quienes han atravesado una ruptura familiar. El mayor aumento de los casos, el bienestar logrado por cada vez más personas que han sabido encauzar correctamente su crisis indican que saber reconocerse ante el grupo como persona divorciada o separada cada vez es menos difícil, pero no por ello es menos importante.
Una vez que tengamos claros estos tres aspectos será el momento de empezar a solventar nuestra crisis.
En Alonso y Tinoco Abogados de Familia en Badajoz somos conscientes de la existencia de estos aspectos de la ruptura de nuestros clientes, de manera que asumimos la vertiente jurídica que toda ruptura tiene, sabiendo que las emociones de nuestros clientes son importantes también.